La Pajarera:
Un Pilar del Comercio Bogotano
Cuando hablamos del centro de Bogotá, tenemos que mencionar a San Victorino, lugar que ha sido cuna de algunas de las historias más pintorescas del comercio retail colombiano. En este sector, a finales de mil ochocientos, la familia Plata construyó una casa en la calle once frente a la antigua Plaza Central de Mercado de Bogotá, sin imaginarse que más setenta años después, esta misma casa de tres pisos se convertiría en uno de los lugares más icónicos del centro capitalino.

Después de que la familia vendió su casa, sus nuevos dueños transformaron su primer nivel para albergar dos locales comerciales; y los otros dos, para alquilar habitaciones conocidas como Residencias Cartagena, lugar donde comerciantes ambulantes del sector llegaban a descansar y a guardar su mercancía. Uno de esos comerciantes era un vendedor de pájaros que con el tiempo llevó su negocio de las calles a una de las habitaciones de esta residencia. Su negocio empezó a prosperar y con esto el cariñoso apodo del edificio: “La Pajarera”.

En 1976, después de una larga negociación, adquirieron la propiedad de todo el Edificio Plata y lo registraron legalmente como La Pajarera Centro Comercial. El matrimonio Domínguez Soler tomando en cuenta los impulsos de la alcaldía por organizar a los vendedores ambulantes en los años sesenta y basándose en la forma comercial informal con la que ya se manejaban algunos espacios del edificio, terminó de seccionar cada uno de los niveles en locales pequeños, mucho más asequibles para el presupuesto de los comerciantes informales, sin saber que con esta simple decisión contribuirían a cambiar el rumbo del comercio capitalino.
Progresivamente, y al ver el éxito de esta nueva forma de comercio en espacios reducidos, los demás propietarios del sector comenzaron a replicar el modelo de negocio y desde entonces, el comercio retail bogotano evolucionó hacia una nueva época de mayores oportunidades para los comerciantes emprendedores.
En esta época, el entorno del edificio cambió y al sector arribaron comerciantes emprendedores provenientes de todas partes de Colombia intentando buscar oportunidades en la zona. Sin embargo, estos se encontraron con espacios comerciales sumamente grandes e inasequibles para ellos. Héctor Domínguez y su esposa Hilda Soler, propietarios de uno de los locales del primer piso del edificio, vieron esta situación y tomaron una decisión que cambiaría la estructura comercial del centro de Bogotá para siempre.

Muchas han sido las historias de éxito detrás de las vitrinas de La Pajarera, las cuales son el ejemplo de lo eternas y relevantes que pueden llegar a ser las pequeñas oportunidades brindadas por grandes ideas. Te invitamos a seguir escribiendo el futuro emprendedor de nuestra ciudad apoyando a nuestros comerciantes y recuerda cuando nos visites, que te encuentras en la joya comercial del centro histórico de Bogotá.
La Pajarera
Centro Comercial
